Ante
la angustia, los miedos, las inseguridades, las desconfianzas, los
conflictos, la frustración, la agresión, la pérdida de poder, el
dinero o la propia imagen, organizamos una serie de recursos
sicológicos y de mecanismos (casi siempre inconscientes) que tienen
por misión aplacar, reducir o desplazar la tensión, estableciendo
un cierto equilibrio entre nuestro interior y el exterior.
Son
los "mecanismos de defensa".
Algunos
se basan en reprimir una tendencia considerada por el sujeto como
peligrosa, relegándola fuera del campo de la conciencia. Otros,
transforman esta pulsión en una actividad positiva, productiva y
apreciada por la sociedad.
Los
procedimientos más comunes son los siguientes:
1.-
Represión:
se olvidan aquellas ideas y acontecimientos que pueden engendrar
ansiedad u otras clases de sufrimientos síquicos.
La
represión se asemeja al proceso normal de olvidar, pero se
diferencia de éste en que se puede "recobrar la memoria
perdida" al reducir el nivel de ansiedad.
Ejemplo:
-...
-¿Cuántas
asignaturas te quedaron el curso pasado?
-"Si
te digo la verdad no me acuerdo".
2.
Desplazamiento:
el individuo traslada la energía pulsional a un objeto distinto del
habitual.
Ejemplos:
-
En la oficina el padre tiene que soportar a lo largo de la jornada a
un jefe déspota y dictador. Cuando llega a casa comienza a dar voces
y a reñir al niño.
El
pequeño, ‘dirige’ su agresividad dando un manotazo al perro que
se interpone y obstaculiza su paso.
-
El chico que tiene un fracaso escolar en una evaluación, ‘desplaza’
su agresividad durante el recreo dando rabiosas patadas al balón.
3.
Fijación:
se trata de un mecanismo defensivo contra la ansiedad que se genera
al avanzar hacia una nueva etapa de madurez. El sujeto puede quedar
anclado a un determinado estadio que le impide crecer y desarrollarse
en plenitud como persona.
Ejemplos:
-
Un bebé puede rechazar cualquier alimentación que no sea
administrada por un biberón.
-
Al inicio del curso un niño rechaza al nuevo profesor manifestando
que quiere ir al salón anterior. Hay razones que hacen pensar que en
el aula primitiva el profesor le consideraba más y le gratificaba
más frecuentemente.
4.
Regresión:
consiste en regresar a un modo de comportamiento y de satisfacción
anteriores. La regresión supone una fijación previa.
Ejemplos:
-
Un cambio súbito de estrategia educativa en la familia (pasar de
actitudes permisivas a una mayor severidad) puede generar en algunos
niños una fijación y un proceso regresivo.
-
Un niño controlaba su esfínter, y al ver que sus padres prestaban
más atención a su hermanito, comenzó a mojar la cama de nuevo.
5.
Proyección-Transferencia:
un individuo transfiere a otro sus propios sentimientos de
insuficiencia o de culpa, o atribuye los propios problemas a
individuos o a hechos exteriores a sí mismo.
La
proyección supone la incapacidad de poder ver a los demás
objetivamente, tal cual son, distintos de nosotros mismos. Es más
fácil aceptar que la otra persona le tiene envidia a uno que
reconocer que es uno mismo el que siente envidia hacia ella.
La
transferencia ocurre cuando uno traspasa a otro/s los sentimientos.
Existe siempre correlación entre la situación interna y la externa
en la conducta de los individuos. La transferencia puede ser:
-
Positiva: se da en personas afines, poco conocidas, porque,
inconscientemente, se las identifica con amigos íntimos: padres,
parientes, novia, etc. Tiende a ser gratificante.
-
Negativa: ocurre cuando la persona atacada se siente incapaz o
imposibilitada de devolver la agresión y, entonces, la transfiere a
sus subordinados: el profesor que se la hace pagar a sus alumnos; el
marido, a la mujer; el niño a su mascota.
Ejemplos:
-
Yo no tengo la culpa de que... fue fulanito que...
-
Juan se siente culpable de no ser fiel a su esposa y acusa a ésta de
infidelidad.
-
Muy típico del fenómeno de doble proyección es cuando dos
conductores chocan y se echan la culpa mutuamente.
6.
Formación reactiva:
frente a los impulsos que producen ansiedad se desarrollan
comportamientos diametralmente opuestos.
Ejemplos:
-
Madre/Padre de familia que siente impulsos de odio en un momento
determinado hacia su hijo y reacciona con formas de extrema
solicitud.
-
Mujer que siente impulsos de odio a su madre política y se deshace
en atenciones.
-
Alcohólico que recibe reproches por su conducta y se torna abstemio
para evitar la ansiedad, desarrollando una formación reactiva,
haciéndose hiperconsciente de los efectos perniciosos de la bebida y
defendiendo su postura de forma acérrima.
7.
Identificación-Introyección:
la identificación podríamos definirla como el deseo de que nuestro
"yo" sea como el de otra persona y la introyección como la
tendencia a incorporar al "yo" las cualidades de esa
persona.
Cuando
la identificación se genera a nivel consciente hablamos de
"imitación": caso de imitar la forma de andar, peinarse,
vestirse.
Cuando
la identificación es inconsciente consideramos este mecanismo de
defensa.
Las
primeras identificaciones infantiles se llevan a cabo con uno de los
padres, introyectando sus formas conductuales y sus medios de reducir
la ansiedad en situaciones de conflicto.
A
medida que el niño crece se desarrollan otras identificaciones con
los personajes de los cuentos, con los héroes reales, ideas, gustos,
películas, héroes cinematográficos, televisivos y con otras
personas del mundo real.
No
cabe duda de que los modelos que se ofertan desde la familia, el aula
y el marco social y los que el niño introyecta, con los que se
identifica, son de una importancia fundamental en la determinación
de sus futuros rasgos de personalidad, aspiraciones, objetivos y
valores.
8.
Racionalización o
intelectualización:
es uno de los más extendidos. La racionalización implica, por parte
del sujeto, la convicción de que los motivos que manifiesta son
realmente válidos y en esto precisamente se distingue de la
tendencia deliberada a engañarse a uno mismo o a los demás.
Ejemplo:
-
Alumno que atribuye sus malas notas al excesivo rigor de los
profesores (‘me han reprobado’ = socialización de pérdidas; ‘he
aprobado’ = individualización de ganancias).
9.
Fantasía y negación
de la realidad:
cuando las necesidades más elementales y profundas no se ven
satisfechas de forma inmediata y real, se supera la frustración
recurriendo a la fantasía, o la imaginación.
El
símbolo y la imagen suplen a la realidad. La fantasía crea un mundo
nuevo en el que se ‘consigue’ lo que no es posible en el mundo
real. El fracasado sueña con aplausos tras su derrota, el hambriento
saborea platos imaginarios de suculenta comida. El adolescente se
refugia en la imaginación, en el ensueño fantástico, para lograr
lo inalcanzable. Este mecanismo lo utilizamos alguna vez, pero sobre
todo los adolescentes y las persona inmaduras. en contraposición al
pensamiento lógico, racional, el pensamiento fantaseador es irreal,
pero mediante él netas difíciles pueden alcanzarse. Refugiarse en
la fantasía, nunca puede reducir todo el nivel de ansiedad
resultante de las necesidades frustradas, logrando, a lo sumo,
atenuarlas y condicionando al sujeto a aplazar la resolución de la
situación.
Vivir
desde la fantasía es irreal, una situación que aísla más y más
al niño del contexto relacional y lo desvincula de su ambiente
natural.
La
fantasía, además de obviar la realidad, facilita la evasión, la
inseguridad y, predispone a la falta de responsabilidad y compromiso.
10.
Conversión
(somatización): es
la transformación de la energía física en un síntoma de
enfermedad después de alguna frustración. Los mecanismo de
conversión son como la representación dramática de la angustia
síquica en forma corporal. Se da siempre en circunstancias en las
que se puede impresionar más a los otros.
Ejemplos:
-
Persona muy estresada que somatiza con úlcera en el estómago.
-
Niño que por cualquier circunstancia tiene una fuerte dosis de
angustia (profesor severo, miedo a los exámenes, temor al separarse
de sus padres, etc.) y manifiesta una somatización por las mañanas
vomitando antes de ir al colegio.
11.
Compensación:
por este mecanismo los individuos tratan de compensar o equilibrar
cualquier inferioridad, real o imaginaria, destacando en otros campos
o a veces en el mismo.
Ejemplos:
-
Wilma Rudolph fue capaz de compensar su poliomielitis llegando a ser
campeona olímpica en 100-200 metros planos.
-
Un sujeto no bien parecido puede compensar su déficit con una gran
simpatía.
A
continuación proponemos una serie de actividades orientativas para
nuestra reflexión y trabajo con el fin de que entre todos, padres,
educadores y alumnos podamos ir ajustando nuestra conducta hacia una
convivencia más satisfactoria.
Actividad:
- Escenificar y jugar (‘rol-playing’) con los diversos mecanismos
de defensa (exponer con los diversos mecanismos las respuestas que
daríamos ante un problema).
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