El
método introspectivo: La
introspección permite recopilar datos e información sobre las experiencias
conscientes de los sujetos. El individuo relata verbalmente su experiencia
o recurre para explicarla a algún otro procedimiento. El psicólogo emplea este
sistema cuando desea investigar los fenómenos
que se producen en la vertiente interna de la vida psíquica. Como en este
caso lo que se pretende conocer es un estado mental, la introspección resulta
adecuada, y que el sujeto es el único que
puede dar cuenta de sus estados mentales. Pero, si bien la utilidad de este
método es evidente, lo cierto es que su aplicación entraña bastantes dificultades y algunas limitaciones. Si un sujeto desea
enmascarar sus sentimientos puede proporcionar respuestas falseadas. También es
posible que sea incapaz de comunicar de forma adecuada sus percepciones.
Además, resulta difícil evaluar la utilidad de una experiencia cuando el sujeto
está dirigiendo al mismo tiempo su atención sobre ella, ya que, debido a esto
último, la vivencia producida puede resultar modificada. Pese a estas
dificultades, los datos introspectivos son muy utilizados y de ellos se
benefician diversas áreas de la psicología, como la clínica o la social. En la
actualidad, este método se aplica con particular frecuencia en los sondeos de
opinión que intentan detectar las actitudes de las personas ante determinadas
cuestiones.
El
método extrospectivo (la observación
directa): Gracias a los métodos, la psicología puede estudiar y describir
grandes masas de datos. Asimismo, posibilitan la comparación entre distintos
grupos de individuos, cuestión a la que se dedica la psicología diferencial.
Por otra parte, los estudios estadísticos establecen correlaciones con el fin
de descubrir la relación entre variables psicológicas, lo cual permite, por
ejemplo, valorar la eficacia de las pruebas de inteligencia a la hora de
predecir el rendimiento escolar.
Los
métodos estadísticos: la observación cuidadosa y atenta de los
acontecimientos, ya sean de naturaleza psicológica o de otra índole, constituye
una de las fases del desarrollo de cualquier investigación científica. A partir de los datos obtenidos por medio de la observación, el investigador
formula una hipótesis que habrá de
comprobarse mediante la experiencia. La utilización de este método, en
apariencia muy sencillo encierra algunas dificultades que sólo pueden ser
superadas por un observador suficientemente entrenado en dicha técnica. Si, por
ejemplo, pretende observar los cambios diarios que se producen en la conducta
de un niño o los acontecimientos que tienen lugar en una clase, es posible que
el psicólogo dirija su atención sólo hacia determinados fenómenos que, por
cualquier motivo, le interesan más. Aunque esa actitud es normal, ya que todas
las personas focalizamos nuestra atención de modo selectivo, en psicología
puede tener consecuencias negativas.
Existe, en efecto el peligro de que el investigador no perciba fenómenos
relevantes o significativos, e incluso de que introduzca elementos
subjetivos en la realización de su tarea y tome partido en uno u otro sentido. Para evitar estas dificultades y asegurar
una observación objetiva se han elaborado escalas de estimación y diversas
formas de registro, que permiten realizar observaciones con arreglo a
normas o pautas fijas. Esta técnica consiste en fijar de forma clara y
operativa la conducta concreta que se desea observar y en realizar de ella un
registro cuantitativo (es decir, el número de veces que sucede), al mismo
tiempo que se anota la intervención de las otras variables, como el momento en
que se ha producido, ante qué persona, etc.
El
método experimental: Para ciertos
investigadores el método experimental es el único que permite realizar estudios
rigurosos y científicos, ya que asegura un mayor control de las variables
que intervienen. En este sistema las diversas fases de un experimento
psicológico están claramente definidas, y es preciso ceñirse a ellas de forma
estricta. El primer paso es la presentación
de un problema, que por lo general se plantea en forma de pregunta. A
continuación, el investigador desarrolla una hipótesis, es decir, plantea una posible solución a ese problema.
Para comprobar si esa hipótesis es cierta o no, el experimentador debe recoger datos, que le sirven de criterio. Asimismo, tiene que determinar el tipo y número de sujetos a los que va a someter a la
prueba experimental. Una vez realizado esto, divide a las personas en dos
grupos. A uno de ellos, denominado grupo
experimental, se le somete al tratamiento experimental, mientras que al
otro, llamado grupo control, recibe
un tratamiento normal. Otro paso más viene dado por la designación de las
variables que desea estudiar y por lo tanto controlar. Por regla general, el
interés del investigador se centra en establecer determinadas relaciones entre
aspectos del entorno y aspectos de la conducta. Estas relaciones implican que,
si una característica ambiental se modifica, cierto tipo de conducta también
varía. El aspecto del entorno que estudia en el experimento recibe el nombre de
variable independiente; el cambio el
que provoca se llama variable dependiente.
Por ejemplo, supongamos que se deba realizar un estudio sobre la memoria y
queremos determinar si la recitación de un texto contribuye a una mejor
retención del mismo. Una vez planteado el problema, el investigador elije dos
grupos de estudiantes. A uno de ellos se le pide que lea el texto en silencio y
que cada cierto tiempo lo recite en voz alta; este grupo sería el experimental.
Al grupo control, se le da el mismo texto y se le dice simplemente que lo lea
en silencio. En este caso, la variable que el psicólogo manipula es la
recitación, por lo que ésta constituye la variable independiente, en tanto que
la memorización es la variable dependiente. Evidentemente, todas las restantes
variables que podrían influir en el rendimiento memorístico (nivel de
inteligencia, sexo edad, grado de instrucción, etc.) han de haberse equiparado
previamente, al efectuar la distribución de los sujetos en los dos grupos. Una
vez realizada la prueba, los resultados obtenidos se someten a un estudio
estadístico que permite refutar o apoyar la hipótesis. El método experimental, auque cuenta con muchas ventajas, no está
exento de ciertas limitaciones. Así, por ejemplo, cuestiones éticas impiden realizar experimentos que puedan afectar
negativamente a la salud mental de los individuos. Por otra parte, numerosos
conceptos psicológicos no son susceptibles de reducirse a una variable
claramente determinada. Otra limitación dimana de la artificialidad de la situación experimental, pues las personas no
se comportan del mismo modo cuando saben que están siendo objeto de estudio que
cuando se encuentran en su entorno habitual.
La entrevista clínica: Este método tiene por objeto recabar
información significativa del individuo, con el fin de poder conocer la
naturaleza de su problema y realizar un diagnóstico. Para la recogida de datos,
el psicólogo utiliza diversas técnicas e instrumentos. Uno de ellos es la anamnesis
o estudio biográfico, que se realiza por medio de una o varias entrevistas con
el paciente, y en caso necesario con las personas más cercanas a él. Se le
hacen preguntas sobre determinadas cuestiones de su vida, desde su nacimiento
hasta el momento presente. El psicólogo puede también recabar información
mediante la administración de diversos tipos de tests, los cuales informan
sobre ciertas características afectivas, intelectuales o sensoriomotrices del
sujeto.
Tomado de http://www.temas-estudio.com/El-metodo.asp
(On Line 20/04/2008)
No hay comentarios:
Publicar un comentario